La aflatoxina B1 es una aflatoxina producida por Aspergillus flavus y A. parasiticus. Es un carcinógeno muy potente con una TD50 de 3,2 μg / kg / día en ratas. Esta potencia cancerígena varía según las especies, y algunas, como las ratas y los monos, parecen ser mucho más susceptibles que otras. La aflatoxina B1 es un contaminante común en una variedad de alimentos que incluyen maní, harina de semilla de algodón, maíz y otros granos; así como en alimentos para animales.
La aflatoxina B1 se considera la aflatoxina más tóxica y está altamente implicada en el carcinoma hepatocelular (HCC) en humanos. En animales, la aflatoxina B1 también ha demostrado ser mutagénica, teratogénica y causar inmunosupresión.
Se han utilizado varios métodos analíticos y de muestreo, incluida la cromatografía en capa fina (TLC), la cromatografía líquida de alta resolución (HPLC), la espectrometría de masas y el ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas (ELISA), entre otros, para analizar la contaminación por aflatoxina B1 en los alimentos. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), se informó que los niveles máximos tolerados en todo el mundo de aflatoxina B1 oscilaban entre 1 y 20 μg / kg en los alimentos y entre 5 y 50 μg / kg en la alimentación del ganado bovino en 2003.
Galvano F., Ritieni A., Piva G., Pietri A. Mycotoxins in the human food chain. In: Diaz D.E., editor. The Mycotoxin Blue Book. Nottingham University Press; Nottingham, UK: 2005.
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